Deconstruirse

Es sin duda una de las palabras que más he estado escuchando en los últimos meses. De hecho, diría que me ha marcado más incluso que "coronavirus", "pandemia", "confinamiento" o "estado de alarma". 

Es una palabras curiosa porque la lees y activa algo en ti. A no ser que se tenga cero interés en cambiar o aprender, siempre deja como ese "deje" de autoreflexión, de preguntarse... "¿alguna vez lo he hecho?", "¿realmente estoy dispuesta a hacerlo, sea el tema que sea?", "¿soy plenamente consciente del peso de esa palabra?". 

Todos tenemos ideas preconcebidas y otras que podrían considerarse casi innatas por el peso que han tenido en nosotros y en las personas que en su día nos las depositaron (a veces a conciencia y con insistencia; otras, de forma más sutil). Al ir creciendo y exponerse a otras ideas, especialmente hoy en día con las redes sociales, llega un momento que todas las que poseemos en nuestro interior se ponen a prueba. Se cuestionan, lo cual es sano y necesario. Seguramente la época donde ocurre con más fuerza es durante el instituto, pero creo que la intensidad se multiplica especialmente en la universidad y en grados superiores. Enfatizo en estos dos últimos porque, al menos por experiencia propia, ahí ya no te retan tanto los demás (ni el querer el encajar en cierto grupo), sino tú mismo. Como se está en un ambiente de aprendizaje y se conoce a gente con trasfondos muy distintos, nuestra percepción de la realidad cambia mucho en un período bastante breve al recibir perspectivas que hasta ahora se ignoraban. Abrimos nuestra mente a nuevas realidades. Por mucho que haya aspectos que no se compartan, es un proceso totalmente enriquecedor. El hecho de abrirse a nuevas ideas y no cerrarse en banda creo que en sí ya es algo positivo, y de ahí a seguir investigando (para enriquecerse aún más) hay solo un paso.

Fuente:
https://www.instagram.com/p/BtW0AGaAeE6/

La verdad es que agradezco mucho haber tenido la suerte de cruzarme con personas con ideas que desconocía o que conocía muy superficialmente. El hecho de conocer más sobre ciertos temas a través de personas que los exponen con dulzura y paciencia hace que sea muchísimo más fácil empatizar con realidades hasta entonces desconocidas o incluso a priori descartadas por pensar que no son de nuestro agrado. Lo cierto es que... ¡hasta que no nos paremos a investigar no sabremos si nos gustan! Un par de frases sacadas de contexto no lo son todo. Y quizás justo hemos dado con extractos con textos mal expuestos. De igual manera no está bien basarnos solamente en personas o grupos de personas que dan mal ejemplo de ciertas ideas (en todos lados hay quienes erran a la hora de poner en práctica ideas). Lo ideal es ir a la raíz, al inicio de todo, eliminar todo prejuicio e idea preconcebida, abrir la mente y simplemente dejar que una idea o pensamiento nos hable. Y ya entonces sacar unas conclusiones (a ser posible, compartidas o contrastadas con personas que sepan del tema para asegurarnos de que lo hemos entendido bien). 

Supongo que a todos, en cierta medida, el confinamiento nos ha obligado absorber sin darnos cuenta mucha información por un tiempo más prolongado de lo habitual. Hemos tenido muchos ratos muertos, y eso ha dado pie a que nuestra mente dé rienda suelta a nuestros pensamientos con más frecuencia. Quien sabe controlarlos habrá podido sacar partido de la situación y aprender, ¡lo cual es genial! Pero quienes solemos ansiar un botón de on/off hemos pasado momentos realmente agotadores. Al principio todo se camuflaba como "estar informados", pero si no se ha hecho un check a menudo puede que haya desembocado en angustia, nervios o incluso ansiedad. Muchos hemos subestimado nuestra capacidad de absorción de información (especialmente de malas noticias), y al tener a personas aún más pendientes de nosotros que de costumbre, todo se ha intensificado como una botella de Cocacola que ha sido agitada 10 veces.

 ¿Y cómo se relaciona esto con el término "deconstruirse"?

A cada persona le habrá afectado en mayor o menor medida, pero sin duda estos meses han puesto a prueba los valores que todos creíamos tener tan firmes. El tomarse en serio la medicina y las advertencias sanitarias, el discernir de qué fuentes fiarse para obtener datos reales, el reordenar nuestras prioridades, el cuestionarnos si me importa más mi propia satisfacción o el bien del otro, el tener o no trabajo, el tener familiares o amigos con enfermedad durante este tiempo, el hecho de aceptar que todos los planes de este año se han visto derrumbados, el tener que adaptarse en tiempo récord a una nueva realidad sin saber cuándo mejorará todo, el tener que reenfocar amistades y ver cómo mantenerlas, el tener que discernir qué es lo realmente prioritario a la hora de comprar... y otras tantas cosas. Todo eso multiplicado x4 si nuestro carácter no es precisamente fuerte (y aunque lo sea). Como me dijeron, "que te guste estar en casa no significa que al final se vaya a sobrellevar mejor. Los problemas ya no se quedan fuera cuando cierras la puerta, sino que nacen, crecen y se desarrollan dentro, en el mismo espacio que trabajas, duermes, comes y convives con otras personas". Al final, el peso ha caído sobre todos (aunque empatizo especialmente con los que necesitan salir y relacionarse a menudo, debe de haber sido muy duro...). Ha sido como ir en un tren del que no puedes bajarte y desde el que ves ponerse el sol una y otra vez.

Fuente: https://my-yamanote-mood.tumblr.com/post/623081561280135168/enokky-%E5%8F%AA%E8%A6%8B%E7%B7%9A


Afortunadamente, a pesar de toda esta situación mucha gente ha experimentado la ya mencionada deconstrucción, donde se rompen unas ideas que teníamos interiorizadas con información nueva y más fundamentada que luego utilizamos para volver a construirnos poco a poco. Inevitablemente, estar tantas horas en casa ha obligado a abrirse aún más a ideas externas y de todas partes del mundo. El intercambio ha sido brutal, no solo ya en relación a la pandemia, sino respecto a temas que llevaban tiempo en el aire pero sin llegar a tenerse del todo en cuenta más allá de 4 frases y manifestaciones cada X tiempo. Es el caso del feminismo, el racismo, religiones, la cultura de cancelación, la ecología y el colectivo LGTBI+. Podría parecer que están a la orden del día y que todos tenemos opiniones al respecto, pero por lo menos en mi caso... toda esta situación me ha hecho darme cuenta de que realmente sé muchísimo menos de lo que creía. Saberse las 4 ideas generales no es suficiente, empatizar con ciertas prácticas o actitudes no es suficiente. Hace falta conocer el trasfondo, dejar que las personas que están implicadas hablen y simplemente escuchar y aprender. Saber callar más, no saltar a opinar sin más.


Definición de la RAE

Normalize saying “I don’t know enough to have an opinion.”

No sé si alguien se sentirá identificado, pero me ha pasado que muchas veces, por no quedar de ignorante, me he atrevido a opinar de temas de los que realmente tengo más que nada 4 ideas preconcebidas (incluso sin haberme parado a investigar si son acertadas). Hablar por no callar, por seguir una conversación (y si puede ser, que no discrepe demasiado con el interlocutor para que no haya conflicto). Es bueno evitar discusiones, sobre todo si ya se sabe que no llegarán a ninguna parte, pero tal como leí no hace mucho: "es bueno tener ciertas conversaciones que nos incomoden, porque esa incomodidad es lo que nos hará replantearnos ciertas cosas". A lo mejor nos sorprendemos por la cantidad de actitudes tóxicas que teníamos y que no habíamos detectado. O a lo mejor tendremos que ser nosotros los que le digamos a otro (siempre con respeto), "eso que dices no está bien/no es así/en realidad fue así". Para poner un ejemplo fácil: cuando algún familiar suelta un comentario machista, racista u homófobo. Quizás seamos la única persona a la que escuchen.

En mi caso, aunque estos meses me he acabado sintiendo bastante abrumada con todo el aluvión de noticias alarmantes o negativas, además de entristecerme con situaciones de personas cercanas, con el paso de las semanas (no hace muchas, de hecho), después de dejar deambular sin un rumbo claro y con sensación de cansancio, me he dado cuenta de que podemos aprovechar esta situación y darle la vuelta. Quizás este es el único momento de nuestras vidas para aprender, por fin, acerca de uno o más temas que teníamos almacenados de forma completamente equivocada en nuestra mente. O quizás podemos reordenar nuestras prioridades y ver que lo realmente importante no está en un futuro lejano, sino en el presente. Quizás el ser agradecido pase lo que pase es más real (y necesario) de lo que pensábamos. 

Quizás nos tocaba frenar. Coger aire. Sentir el suelo que hay bajo nuestros pies y ser consciente de quiénes somos y dónde estamos (y por qué, incluso).
Fuente: https://chakoro.tumblr.com/

Creo que no estamos hechos para procesar tanto de golpe. Mejor one step at a time.
Está bien utilizar esta situación para aprender más de temas que nos interesaban y no podíamos por falta de tiempo. Está bien reeducarnos, replantearnos nuestros valores y retarnos. Está bien aprender de personas de todas partes del mundo y esforzarse por no quedarse solo con las opiniones de un "bando" o grupo concreto. Está bien esforzarse por contrastar información y está bien unirse por causas que consideramos justas.

Pero sin acabar abrumados. 

Muchos hemos querido hacer más cosas incluso de las que hacíamos antes del confinamiento, y como por supuesto eso no es realista, ha tenido efectos adversos. Afortunadamente, darse cuenta significa que hemos aprendido. No olvidemos que incluso en una pandemia todo tiene su tiempo. Y, a veces, hasta hay belleza en él.

Fuente:
https://www.instagram.com/p/BYmW6yDn928/

Realmente tenía intención de hablar más del tema de deconstruirse y reaprender acerca de temas que creíamos aprendidos, pero como siempre una cosa ha ido llevando a otra y finalmente he visto más importante hablar de cuidar de nosotros primero. Igualmente, me gustaría animaros y animarme a poner a prueba nuestros valores de vez en cuando. Comprobar si realmente son tan firmes como pensábamos y si tienen una base que se alinee con nuestras prioridades y perspectiva de la realidad. Y si creemos que ya lo hacen, contrastarlo todo igualmente con la realidad actual y con la forma con la que interactuamos con el mundo y las demás personas. Valorar, en definitiva, si realmente estamos aportando algo positivo en nuestro entorno, porque espacio ya ocupamos todos sin querer. 

No nos conformemos. 
Busquemos aprender constantemente, escuchando más que hablando.

Y que no se nos olvide descansar y darnos respiros también. Eso es lo más importante.


💫💫💫💫💫💫💫💫💫💫💫

Estos meses estoy leyendo varios libros sobre psicología que tienen que ver con sentir calma, tratar la ansiedad y saber afrontar situaciones que nos dan inseguridad. Antes de adentrarme en temas más complejos (especialmente de ámbito social), he visto que realmente necesitaba hacerme un autoexamen y "pasar la ITV". Porque es imposible ser de ayuda para los demás si nos dejamos de lado a nosotros mismos. Y del mismo modo es imposible tener una mente preparada para recibir nuevas ideas si no hemos hecho limpieza antes y está cargada de negatividad y prejuicios. Una vez termine, me gustaría informarme más sobre temas que he mencionado más arriba para poder entender mejor a personas que me rodean o que me pueda cruzar en un futuro. 
Si tenéis alguna recomendación, la recibiré con mucho gusto 🤗

Muchas gracias por leer 💖

Comentarios

Entradas populares de este blog

Anime: Card captor Sakura [Aviso: ¡post largo!]

5 centímetros por segundo

BTS en el Wembley (1 de junio de 2019)