Últimos suspiros del 2020

Y con este... ya van 10 años de últimos suspiros en el blog.

Fuente: https://www.flickr.com/photos/99555053@N05/32211642867/in/dateposted/

¿Cuántos textos habrá hoy que hablen de lo terrible que ha sido 2020? ¿Cuántas listas de propósitos (cumplidos y futuros) se confeccionarán hoy?
Incontables. Este post solo será un pedacito más en ese vasto mar de palabras, de las cuales muchas serán leídas, muchas ignoradas, muchas apreciadas y otras tantas rechazadas. Sea como sea, como la mayoría de las veces, la meta no es llegar a otros y recibir aprobación, sino simplemente dejar que todo fluya y que la mente se descongestione al menos un poquito antes de poner fin a este capítulo.

¿Cómo se supone que debería despedirme de este año? La tentación de hacerlo con malas palabras es enorme (y no faltan motivos), pero fijarse en el vaso medio vacío nunca me ha traído nada bueno. Más bien, siempre que he hecho caso al primer impulso negativo que ha cruzado mi mente, el veneno propio del resentimiento ha terminado siendo el protagonista (y eso que se quería evitar a toda costa). Observar, examinar y reconocer nuestros sentimientos y pensamientos es necesario, no es bueno guardarlos bajo la alfombra y hacer como que no existen. Pero darles más atención de la que requieren tampoco es bueno. "Ah, resentimiento, eres tú". Y dejas que pase, que circule, como cuando un tren sin parada cruza la vía que tienes delante mientras esperas a otro. Hay que saber discernir los trenes a los que debemos subirnos, porque muchas veces la vía por la que pasan es la misma, pero la dirección que toman es totalmente opuesta. De la misma manera, debemos escoger subirnos a según qué "trenes de pensamiento" y saber cuáles dejar pasar (sin ignorar su existencia).

 


¡En Inside Out sale representado!

Sin duda una de las lecciones más notorias de este año ha sido aprender a mirar menos hacia el futuro y observar lo que hay a nuestro alrededor. Valorar lo que tenemos aquí y ahora. Muchas personas, por desgracia, ni siquiera han tenido tiempo de hacerlo porque el virus se lo ha arrebatado sin previo aviso. Ni muchísimo menos es una guerra, pero no han dejado (y dejan) de caer noticias como bombas a diestro y siniestro. Noticias que un día dicen una cosa y al día siguiente son completamente lo opuesto ("quedaos en casa 14 días, luego ya se podrá", y luego "al final se alarga 10 días más"). Se ha puesto a prueba nuestra capacidad de adaptación hasta el límite, hasta el punto de aceptar con resignación que se cancela una boda, un concierto, un vuelo de muchos meses de ahorro, una visita a un familiar lejano o incluso la Navidad en familia. Llegan a decir esto hace 12 meses y ninguno habríamos creído que seríamos capaz de sobrellevarlo.

Y sin embargo lo hemos hecho (algunos con más valentía que otros, ojalá mi abrazo llegara a todos aquellos que han sufrido especialmente). El caso es que seguimos aquí. De alguna forma u otra... we managed.

En lo personal, gracias a Dios puedo decir con profundo agradecimiento que, a pesar de todas las inconveniencias que han ido surgiendo, no he tenido que pasar por situaciones demasiado catastróficas. Más bien, incluso a veces me he sentido culpable porque esta situación ha sido muy liberadora para mí en muchos sentidos... 

"¿Acaso merezco sentirme bien en medio de este caos?"

Curiosamente, siendo uno de los años que más tranquila me he sentido en la mayoría de situaciones (gracias a ser introvertida y no depender tanto del factor social), ha habido también un periodo en el que realmente he vuelto a asomarme a lo hondo del pozo que tantos años llevaba tapado. He vuelto a verle las orejas al lobo psicológicamente. Ha habido unos meses en los que de nuevo, y esta vez sin saber por qué al principio, me era imposible irme a dormir sin que el corazón y mi respiración fueran a mil por hora. Esta vez, no obstante, gracias a ser de los pocos privilegiados que conservaban su trabajo, decidí invertir en buscar ayuda y acudir por primera vez a terapia (online, dadas las circunstancias). "Esta vez lo pillo a tiempo". 

A pesar de que la psicología siempre ha sido un tema que me ha interesado mucho y del que a menudo suelo leer, el hecho de aprender desde el punto de vista de paciente ha sido muy enriquecedor. He comprobado que realmente había temas que creía soluncionados y que simplemente estaban ocultos bajo la alfombra, tapados con la manta de la cotidianidad y del "todo va bien, no me puedo quejar". Estaba volviendo a depender de la aprobación externa para considerarme válida, estaba cuestionando mis propios gustos y valores por encontrarme en ambientes con gente nueva, estaba cuestionándome mis relaciones, mis conductas y mis propias fuentes de bienestar. Todo estaba empezando a tambalearse porque me había dejado en el último plano para sobrevivir a unas circunstancias que cambiaban constantemente y sin previo aviso. Tanto cambio de planes (especialmente con mi forma de ser) me había dejado tan trastocada que ya no sabía a qué aferrarme (y ni sabía si lo que tenía se consideraba "buen punto de apoyo"). Además, pretendía estar para todos los que pidieran ayuda sí o sí (y eso obviamente fue imposible). Afortunadamente, con el paso de las semanas y trabajando en aspectos concretos, cada vez fui encontrándome más tranquila y más en paz conmigo misma. A pesar del caos a nuestro alrededor, volvía a confirmar una vez más que la felicidad realmente no es un destino, sino un estado (el cual podemos "generar" o encontrar), así que no depende de lo que pase ni de cómo otros (creo que) me perciben. El estar menos "paranoica" me ha hecho respirar con más calma, apreciar más los momentos de desconexión y buscarlos cada vez con más frecuencia. Porque es en esos momentos donde uno se recarga y se prepara para afrontar la realidad. Con uno mismo y con sus valores. 

Valores. Es una palabra que he visto mucho a lo largo de estos meses. Y gracias a definirla y tenerla presente he podido reconectar conmigo una vez más. Recuerdo que hubo un momento en el que, después de recordar varias situaciones de confrontación, pensé "¿de verdad sigo creyendo en esto?", y al instante mi corazón me dio un pinchazo.

Y entonces lo supe.

Creo más que nunca.

Esta situación, entre otras cosas, me ha hecho reconectar con mi parte más espiritual y una vez más me ha confirmado que es clave. A la que me dejo llevar y pretendo tirar yo sola del carro, con mi ego y mi suficiencia, todo se desmorona. Como si me dieran una bofetada de humildad en toda la cara. Creo que, en realidad, es algo con lo que muchos nos podemos identificar este año: "He tenido que aprender a admitir que no soy invencible o que puedo controlarlo todo. Y que no pasa nada". La perfección es algo que no nos corresponde. Podemos tenerla de referente o inspiración, pero es absurdo aspirar a ella porque, en primer lugar, somos humanos. Y luego, ¿quién da el veredicto de que algo es, efectivamente, perfecto? ¿Nosotros? Si es así, nunca lo obtendremos, porque nos bloqueará nuestro propio perfeccionismo. Esa ansia de perfección irreal nos impedirá estar completamente satisfechos. 

"Done is better than perfect"
A veces simplemente con terminar algo que teníamos pensado hacer ya vale. De hecho, no "a veces", sino la mayoría de las veces. Al igual que la tan pronunciada "productividad". No todo tiene que ser "productivo" (y de nuevo, ¿según el criterio de quién? ¿qué es algo productivo?). Así que simplemente hagamos algo lo mejor que podamos en ese momento, y si podemos, terminémoslo. Sea cual sea el resultado, algo hay seguro: el próximo intento será aún mejor.

Espero que, de entre todas las cosas que deseemos, el año que empieza podamos tener muchos momentos de paz. Que sepamos buscarla, encontrarla y mantenerla. Porque como la felicidad, si se busca se acaba encontrando, no depende tanto de las circunstancias (aunque algunas lo hagan más o menos difícil, obviamente).

Hoy recordaba que en francés, para decir que se está en casa, se dice chez moi (literalmente "conmigo", pero significa "en mi casa"), y me ha parecido bonito. 

Estos meses hemos reconectado mucho también con nuestros hogares (y los que viven en él), nos hemos replanteado cómo lo tenemos todo colocado y organizado. Ha servido para darnos cuenta de si realmente nuestro hogar estaba siendo un hogar o simplemente un sitio de paso. En mi caso, me encanta mi casa y mi habitación, pero estuve varios meses con las repisas patas arriba porque pensaba que la pandemia sería algo temporal y que mejor no reorganizar mucho. Al final, un día dije "mira, no sé cuánto va a durar esto y si mañana ya tengo que volver a la oficina, pero al menos mientras tanto dejaré este espacio ordenado y agradable". Y parece una tontería, pero me sentí mucho más feliz desde ese momento. ¡Lo que influye nuestro espacio! Creo que refleja bastante nuestro estado mental.

Creo que este será un año que recordaremos mucho. Algunos con más heridas que otros, pero todos con lecciones a nuestras espaldas. Ahora nos toca decidir qué hacer con ellas. Espero que, como mínimo, empecemos el 2021 con una perspectiva mejorada y más amable con nosotros mismos. Porque sí: ponernos objetivos demasiado ambiciosos solo añaden presión. Queda muy bien en forma de lista, pero parece como que tengan que cumplirse para que un año sea válido. Hagamos más cosas "porque me apetece ahora" y aunque no sepamos si nos van a "servir" más adelante. Como mínimo servirán ahora: para hacernos sentir bien. 

Tal como ha escrito Namjoon hoy, siente que ahora agradece cosas que hace un año daba por sentadas. "¿Será que he bajado el listón?" 

Click en la foto para ir al post completo https://twitter.com/JJK_Artist/status/1344684993541500928?s=20

Este último mes, a pocas semanas de terminar el 2020, también he reconectado con el dibujo a través del iPad y el Procreate. Me queda mucho por aprender y no he dedicado mucho tiempo, pero los momentos que he empleado me he sentido feliz. Así que para mí eso le da todo el sentido del mundo.

Seamos más agradecidos este próximo año. No pongamos un listón altísimo a todo lo que hagamos. Dejemos que el presente marque más el ritmo. Es lo único que existe ahora mismo. ¿Mañana? Ya se verá.

Y lo dice alguien que adora planificar y hacerse listas.

Let's just live.

Gracias por leer 🤍

Que el 2021 sea más amable con todos. Pero sobre todo empecémoslo haciéndolo nosotros.

¡Un abrazo!

 


 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Anime: Card captor Sakura [Aviso: ¡post largo!]

5 centímetros por segundo

BTS en el Wembley (1 de junio de 2019)