maybe i just wanna live

Canciones como esta me calman y me hacen recordar que vamos muy rápido, demasiado rápido. Vamos llenos de información, vamos siempre con prisas, chocándonos con los marcos de las puertas (al menos yo) y con una sensación de ahogo por correr sin parar. "No llego, no llego, no me da tiempo".

¿Adónde vamos, para empezar? ¿Estamos mirando por las ventanas de vez en cuando, para observar el paisaje? ¿O solo estamos con el GPS clavado en nuestras retinas por si se nos escapa algún cruce o desvío? ¿Escuchamos la música que está sonando de fondo mientras conducimos? ¿O estamos ensayando lo que responder a algún mensaje de Whatsapp pendiente intentando recordar lo que decía el audio?

¿Estamos viviendo? ¿O estamos constantemente ensayando nuestra propia vida?

A veces me lo pregunto a mí misma.

¿Por qué esa necesidad de querer controlar tantas cosas? ¿Es que acaso por agobiarnos más va a quedar todo mejor atado? Quizás lo conseguimos, pero a costa de un agotamiento que hará falta compensar tarde o temprano, o si no el propio cuerpo se tomará la libertad de hacer un parón sin previo aviso. Y escogerá los síntomas que se le antojen. "¿Migraña? No, hoy mejor unas náuseas. Mañana si eso un poco de diarrea y pasado contractura muscular en el brazo izquierdo".

Eso no es vivir.

No hemos venido a vivir así. Y aunque haya gente que no tenga opción y muchos pequemos de hablar desde una posición del privilegio, todos a mayor o menor escala debemos detenernos de vez en cuando y descansar. Sin culpa, sin remordimientos, con compasión. Sin escuchar voces ajenas que no hayan visto el recorrido completo.

¿Sabes lo que pasa si se acostumbra uno a vivir siempre con prisas? Tanto físicas como mentales, dando rienda suelta a nuestra rumiación. Pasa que el cuerpo empieza a hacer recortes, como el gobierno, y suele empezar por lo más esencial porque consume más (como el gobierno otra vez). ¿Y qué es? La capacidad de sentir correctamente, lo cual lo notamos especialmente los que somos más sensibles. 

"¿Por qué no tengo ganas de nada? ¿Por qué no me divierte esta actividad? ¿Por qué no siento emoción de quedar con esta persona? ¿Por qué ya no me dice nada esta canción? ¿Por qué no se me ocurren planes que me hagan ilusión?"

Porque requiere mucha atención y energía que, si el cuerpo físico la necesita, tomará en su lugar.

Es triste llegar a ese punto, pero a veces es lo único que nos hace reaccionar. El peligro sería normalizar ese estado letárgico, intentar seguir adelante como si nada. 

Lo malo es que, a veces, no queda otra.

¿Cómo cuidar de nosotros, entonces?

Suena simple y complicado a la vez, pero de la misma forma que lo hace nuestro organismo: haciendo recortes. Soltando. Aunque sea de forma temporal, y sin miedo a reacciones externas porque literalmente es algo que necesitamos. Soltar compromisos, soltar cargas emocionales ajenas, soltar la autoexigencia, soltar expectativas de los demás, soltar la necesidad de rebatir cualquier opinión contraria a la nuestra, soltar el FOMO, soltar la excesiva culpabilidad por nuestros errores, soltar el miedo a lo desconocido, soltar el peso que se le da a la edad, soltar la falta de cariño por nuestro cuerpo sea cual sea la etapa en la que se encuentre, soltar el ansia de controlarlo todo, soltar el resentimiento, soltar la impotencia por no poder pelear batallas que no nos corresponden, soltar el miedo a sentir emociones, soltar la melancolía por tiempos pasados, soltar el fustigamiento por no haber hecho lo que teníamos planeado.

Soltar, soltar, soltar... Una por una cada cosa que ha ido acumulándose con el tiempo, casi sin darnos cuenta. 

Para estar llenos de nuevo primero hay que vaciar. Hay que perderse un poco para encontrarse, también, o eso dicen. No hace falta hacerlo perdiendo de vista nuestro hogar, pero replantearnos la ruta de vez en cuando no está mal.

Para ganar hay que perder varias veces primero. 

Y una vez hacemos el reset, volvemos a abrir los ojos. Ya no está la memoria llena y fluye todo correctamente, sin lags, sin cierres repentinos. Cogemos aire, despacio, dejamos que nos llene de paz y luego soltamos, lentamente. Y retomamos el paso, pensando por el camino "¿por dónde quiero ir?", no tanto "¿dónde tengo que llegar?". Ir haciendo, con una dirección definida, pero no tan alejada ni tan empinada.

Poco a poco será más fácil, la pista será cuando notes que vuelves a ser consciente de lo que vas topándote en el presente, asimilando cada detalle, sin nublarlo con pensamientos sobre responsabilidades autoimpuestas.

Yo he tenido que parar, a veces por obligación (salud) y otras de forma consciente. Pero siempre ha sido necesario. Cada vez sucede con menos shock y con más previsión, por respeto a uno mismo (y a los demás, porque nuestro agotamiento aunque no lo parezca acaba perjudicando a nuestro alrededor). Hay parones que, por haber forzado la máquina, han sido algo caóticos y no me enorgullezco nada de haber llegado a ese punto, pero han servido para hacerme ver que "nunca más". 

He tenido que volver a parar. Y ha coincidido en agosto, cuando todo vuelve a empezar. Desde hace dos años, siempre que llega este mes empieza una nueva etapa. Y en 2023 parece que ha vuelto a pasar. Porque como siempre, la vida también te habla a través de símbolos. Cinematic poetry, jaja.

Muchos feelings algo contradictorios, no muy fáciles, pero por lo menos... recuperando la capacidad de ver detalles del presente, sin vivir en modo automático, como a través de una pantalla, a la velocidad que marcan otros en vez de escuchar lo que necesita el cuerpo. Sin fechas de caducidad autoimpuestas.

Let's go out and touch some grass 🌿

Gracias a Dios que siempre, siempre, podemos volver a empezar.


Maybe I just wanna fly
Wanna live, I don't wanna die
Maybe I just wanna breathe

Maybe I will never be
All the things that I wanna be
Now is not the time to cry
Now's the time to find out why
I think you're the same as me
We see things they'll never see
You and I are gonna live forever

"Live forever", Noel Gallagher
___

Marzo ahora es abril, y ya abril se me fue viendo las fotos que tenía en la pared. Julio ya llego y vio a junio pasar. Le dijo a agosto que cupiera su lugar.

"Una luz", Gus

Comentarios

  1. Me siento muy identificada con todo lo que comentas. Gracias por compartir tus pensamientos <3
    Este ritmo de vida se me hace insoportable la mayor parte del tiempo. Será que vengo de salir de unos años complicados dominados por el agotamiento, y por estar exclusivamente centrada en estudiar y trabajar, y me ha pasado factura.
    A mis 34 años, estoy aprendiendo a vivir de nuevo. Mi reto es no dejarme llevar por las preocupaciones y los miedos (y los pensamientos intrusivos ><)ç
    Muchos besos <3 <3

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias a ti por leer siempre y con los brazos abiertos 🫶 Me alegra que podamos conectar con estas cosas, así pesa un poco menos jeje
      Y totalmente! Es agotador este ritmo de vida... Es insostenible, sobre todo si no se tiene un temperamento con una energía rebosante. Lo importante es verlo y bajar la velocidad, más vale tarde que nunca <3 Me alegra mucho leer que estés en ese proceso de aprendizaje (yo también! 🤍), take it easy y un abrazo muy fuerte, lo estás haciendo lo mejor que puedes y sabes, eso es muy valioso!
      Muchos besooos <3

      Eliminar

Publicar un comentario

¡Gracias por tu tiempo! / Thank you for your time!

Entradas populares de este blog

Anime: Card captor Sakura [Aviso: ¡post largo!]

5 centímetros por segundo

BTS en el Wembley (1 de junio de 2019)